Recorrido por la Ruta de las Misiones Jesuíticas en Bolivia

Por Jerome Maurice

Hacer el recorrido de la Ruta de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos en el oriente de Bolivia es realmente adentrarse a otro mundo, como lo dice el slogan promocional. Visitar cada uno de los pueblos misionales nos lleva a entender la particularidad que tuvo en esta región el encuentro entre la cultura local y los europeos que llegaron con la colonización.

Misiones Jesuíticas en Bolivia

Mapa de las Misiones de Chiquitos en Bolivia. Fuente: Plan Misiones

La primera vez que viajé por la Ruta de las Misiones, la carretera estaba asfaltada únicamente desde Santa Cruz hasta Concepción. Todo el resto de tierra  y en malas condiciones y cuando llovía, algunos tramos eran muy resbalosos. Pero me encantaron esos colores rojos con el verde de la naturaleza. Las casas de adobe o tabique con techo de paja. Los niños, sin zapatos, subidos a los árboles o metidos en lagunas para bañarse o jugar. La naturaleza densa y de un verde casi fluorescente. Todo esos elementos me hacían recordar a Costa de Marfil, en África, donde nací.

Las seis poblaciones ubicadas en el antiguo territorio de los indígenas Chiquitos forman todaví­a hoy un patrimonio vivo.

En ese primer recorrido -y en los sucesivos- en cada pueblo me encontré con esos templos intactos construidos con diseño único, que combina el estilo barroco con la impronta de la Chiquitania: el tallado de la madera, las piedras de las canteras, los motivos nativos en los murales. También con artesanos y artesanas que aprendieron el oficio de sus antepasados en tejido en telar, cerámica, tallados. Fui testigo de rituales, ceremonias, bailes que conjugan la liturgia católica con creencias ancestrales. Y escuché a las orquestas interpretando música barroca como lo hacían los jesuitas y nativos siglos atrás.

Este es el legado que los jesuitas dejaron en las Misiones de Chiquitos, dando como resultado una nueva identidad cultural que hoy vive en los pueblos de la Chiquitania.

¿Qué pueblos forman la Ruta de las Misiones Jesuíticas en Bolivia? ¿Cuáles son Patrimonio Cultural de la Humanidad?

La Ruta de las Misones Jesuíticas de la Chiquitania es un camino que combina patrimonio histórico, cultural y natural. Por eso, en 1990 la UNESCO catalogó a seis de las 10 misiones que existieron como Patrimonio Cultural de la Humanidad: San José de Chiquitos, Santa Ana de Velasco, San Rafael, San Miguel de Velasco, Concepción y San Xavier; las mismas forman un circuito de 827 kilómetros.

La Ruta de las Misiones de Chiquitos incorpora también a las misiones San Ignacio y Santiago de Chiquitos como destinos y sitios de interés, por su importancia en el circuito turístico y por ser representantes del legado jesuita aunque no hayan entrado en el listado de la UNESCO.

Misiones Jesuíticas en Bolivia

Cómo recorrer las Misiones de Chiquitos en Bolivia

Nuestras recomendaciones varían según el punto de partida del viaje y la cantidad de días dedicados a recorrer el circuito misional.

Para quienes viven en Santa Cruz de la Sierra

A los habitantes de la ciudad de Santa Cruz, les decimos: “Conozcan todas las Misiones de a poco”. A continuación les contamos nuestras sugerencias de itinerarios.

Pueden venir un fin de semana a San José -si se quedan 2 noches mejor- y hacer alguno de los circuitos de la Ruta SaboreArte Chiquitos que además de incluir la visita guiada por el Museo del Conjunto Misional incorpora como atractivo turístico a diferentes pascanas culturales y propuestas para revalorizar la gastronomía chiquitana. También pueden aprovechar la estadía en San José para visitar algunos de los sitios naturales del municipio vecino de Roboré; como el Santuario Mariano de la Torre o la cascada Velo de la Novia en Chochís.

Otro fin de semana puede destinarse a las Misiones de San Xavier y Concepción. En este caso están muy cerca entre sí, por lo que cualquiera de los pueblos es una buena opción para pasar una noche. Si es un fin de semana largo o durante las vacaciones, se puede seguir viaje hacia el triángulo Misional.

El triángulo misional se merece un fin de semana exclusivo ya que comprende a las Misiones de San Ignacio de Velasco, Santa Ana, San Miguel y San Rafael. Todas muy cercanas entre sí, pero con muchos atractivos para conocer.

Por último queda la misión más alejada de Santa Cruz, Santiago de Chiquitos, con la posibilidad de dedicarle un fin de semana exclusivo y conocer el Valle de Tucavaca, Aguas Calientes y la ruta de las pinturas rupestres. En este caso, siempre recomendamos hacer una parada -tanto a la idea como a la vuelta- en San José para almorzar.

Para quienes vienen desde el resto de Bolivia

A quienes quieran hacer la ruta de las Misiones Jesuíticas viajando exclusivamente al departamento de Santa Cruz, sea desde otra región de Bolivia o desde otro país, les recomendamos hacer la ruta en sentido circular haciendo primero la parte más difícil de la carretera, por no estar asfaltada en su totalidad.  El punto de partida será la ciudad de Santa Cruz con destino a Concepción y una parada previa en San Xavier. El circuito continúa hacia San Ignacio para desde allí conocer Santa Ana, San Miguel y San Rafael. En este punto recomendamos conocer primero Santa Ana y volver a San Ignacio para dormir. A la mañana siguiente, sugerimos seguir viaje y conocer en el camino las misiones de San Miguel y San Rafael y terminar el día en San José de Chiquitos para descansar. Aquí proponemos pasar en mínimo 2 noches. De esta manera se puede disfrutar no solo los sitios de interés locales, sino también los atractivos del municipio de Roboré e ir hasta Santiago de Chiquitos.

Misiones Jesuiticas en Bolivia - Concepción

Un paseo por la historia de las Misiones Jesuíticas en Bolivia 

Antes de los españoles, en la Gran Chiquitania convivían una variedad de pueblos originarios de los que no hay mucho registro. Luego llegaron los españoles, y más de 100 años después los jesuitas se instalaron en la región con el objetivo de evangelizar a las tribus con una actitud de respeto e integración a la cosmovisión local. Además, a los nativos se les brindaba protección para no ser capturados por encomenderos españoles y esclavistas portugueses.

Entre 1696 y 1760 la Compañía de Jesús fundó 10 misiones en la Gran Chiquitania.

La vida en las reducciones se repartía entre la religión y la organización política y económica. Había celebraciones eucarísticas y grandes procesiones con “un despliegue musical con instrumentos nativos e introducidos por los jesuitas, como signo de una fe que se vive con alegría”.

Con este sistema lograron integrar a más de 40 grupos étnicos, diferentes en lengua y cultura, donde se fomentó la lengua común o general, el “chiquito” o lengua chiquitana que hoy conocemos como bésiro.

Por otro lado, la organización de estas reducciones se inspiró en las ciudades ideales de los filósofos del siglo XVI. Los hombres de la Compañía de Jesús poseían grandes conocimientos prácticos en arquitectura, medicina, ingeniería, artesanía, crianza de ganado vacuno, entre otras disciplinas que inculcaron a los pobladores.

En la primera mitad del Siglo XVIII, los jesuitas comenzaron la construcción de los templos misionales que hoy siguen de pie. Fue durante este proceso que los indígenas aprendieron diversos oficios (construcción, tallado, pintura) que hoy forman parte de los saberes de los chiquitanos.

Los jesuitas además inculcaron la religión católica pero permitieron que la cultura originaria y sus creencias sean también parte de los rituales. Por lo que actualmente los pueblos de Chiquitos se caracterizan por ser representantes de lo que se conoce como Cultura Viva. Como manifestaciones de esa cultura nacida del encuentro entre la población local y los jesuitas encontramos a los artesanos y artesanas especialistas en oficios como el tallado de madera, el tejido, las pinturas decorativas; el Cabildo Indigenal en cada municipio que son los responsables de la realización de las celebraciones tradicionales con danzas como la de El Abuelo o misas en idioma bésiro ; la gastronomía local con platos como el majao o bebidas como el somó.

Algo que nunca deja de sorprenderme es cómo, en esa época, esos Padres -que eran máximo 2 por reducción-, lograron construir estos monumentos, lograron sedentarizar las comunidades seminómadas de la región y lograron crear un modelo socio económico tan exitoso.

Justamente, la defensa de los derechos de los indígenas y las constantes denuncias de la cacería de esclavos, resultaron una molestia para los portugueses y cruceños. Finalmente, en 1767 la Corona Española ordenó la expulsión de la Compañía de Jesús de todo el territorio y las reducciones jesuíticas abandonadas o reconvertidas para usos militares o políticos.

A partir de 1972, comenzó el proceso de restauración de los templos misionales con la dirección del arquitecto jesuita Hans Roth que llevó más de dos décadas. A mediados de 1975,  se llevó a cabo la restauración de la Iglesia de Concepción, en cuyo transcurso se encontraron 6000 partituras de música pertenecientes a los siglos XVII y XVIII. Posteriormente, otras 6000 partituras fueron halladas en Moxos y finalmente unas 10.000 en San Xavier. Esto motivó el nacimiento de las escuelas municipales de música y de las orquestas de cuerdas en los diferentes pueblos. Hoy, las Misiones de Chiquitos son sede del Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca y del Festival de Temporada de Música Misional, promovidos por la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC).

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